El número total de niños y jóvenes en el mundo, de 0 a 18 años, supera los 2.000 millones, y casi 9 de cada 10 -87%- viven en países no desarrollados. En estos países la mortalidad, en menores de cinco años, es de 171‰.
Cada día mueren en el mundo 35.000 niños. El 70% de las muertes se podrían evitar, porque son debidas a enfermedades curables. Según UNICEF cada año mueren 12 millones de niños menores de cinco años. De estas muertes, más de la mitad —unos siete millones— son por causas relacionadas con la desnutrición.
Los niños son los que sufren más a menudo abusos contra los derechos humanos. En todo el mundo son incontables los niños huérfanos por causa de la guerra, tullidos por las granadas anti-persona, refugiados e incluso alistados en la guerra. Más de 130 millones de niños y niñas no pueden ir a la escuela. Millones de niños son explotados en el trabajo al servicio multinacionales, entre ellas conocidas firmas deportivas. En algunos países hay numerosos niños explotados sexualmente. Y ni es necesario mencionar la vergüenza, en muchos países, de los niños de a pie.
El Banco Mundial define la pobreza absoluta como aquella situación en la que una persona debe sobrevivir con menos de un dólar diario. La cuarta parte de la población mundial —más de 1.500 millones de personas— vive en esa pobreza. En cambio, la riqueza está en manos de unos pocos países ricos, que consumimos 85% de la renta mundial.