Orar es escuchar a Dios que nos habla.
Orar es recibir lo que Dios quiere darnos.
Orar es acoger con alegría el perdón que Dios nos otorga.
Orar es aprender a escuchar.
Orar es abrirse a Dios para que nos ayude a abrirnos a los demás.
Orar es un momento de intimidad con Dios, es la apertura a la vida verdadera.
Orar es descubrir que Dios nos ama.
Orar es encontrar un tiempo de silencio.
Orar es encontrar un tiempo gratuito de alabanza para contemplar el amor infinito de Dios.
Orar es levantar un lamento, un grito de angustia, una petición de socorro.
Orar es acercarse a Dios y descubrir su distancia y su proximidad.
Orar es dialogar con Dios en un diálogo de amor que lleva a la comunión silenciosa.
Orar es creer que al final del camino está la luz.
Orar es un reflejo de enamorado que se sorprende de ser amado, de ser mirado con amor, de ser preferido.