Navidad: Año 0. La infancia de los niños judíos.

Cuando un niño judío cumplía cuarenta días, que es un número importante por que significa tiempo de preparación, el niño era ofrecido a Dios. Como signo de pertenencia a Dios se sacrificaban simbólicamente un cordero o un par de palomas según el dinero de los padres que ofrecen el hijo. La madre daba en el pecho al niño al rededor de unos 20 meses. El padre tenía la obligación de atender a todas las necesidades del niño hasta que cumplía seis años. Y no podía venderlo como esclavo.

Los niños jugaban pero el tiempo de juegos duraba poco, porque enseguida se les enviaba al campo a realizar faenas agrícolas o a cuidar de los animales domésticos. Quienes vivían en ciudades algo grandes aprendían un oficio, que solía ser el del padre. El padre se ocupaba principalmente de los hijos. La madre lo propio con las niñas.

A los 13 años  el niño era considerado mayor, quedaba sometido a la ley hebrea y debía acompañar a su padre a la sinagoga. Así lo hizo Jesús tal como nos narra el capítulo II de Lucas.

Aunque los niños y niñas eran respetados, no tenían ningún derecho y sólo eran considerados en función de los adultos.