“No al camino fácil, sino a la vía estrecha que lleva a la meta.
No a la tristeza que cierra el corazón, sino a la alegría que le abre a todos.
No a la violencia o el insulto, sino a la no violencia y la mansedumbre.
No al rencor o la envidia sino al perdón y la amistad.
No a la letra, sino al espíritu.
No a la huida y el miedo, sino a la presencia y la lucha.
No a la desconfianza, sino a la confianza y la cercanía.
No a las tinieblas de la noche, sino a la luz del día y el sol”.
Vive tu vida con firmeza y responsabilidad; confiado en tus fuerzas y también en la Gracia de Dios. Llegarás a la felicidad que desea tu corazón.