Salmo 63: Tu eres mi Dios, Yo te busco.

“Oh Dios, tú eres mi Dios, desde el alba te deseo; Estoy sediento de ti, por ti desfallezco, como tierra reseca, agostada, sin agua...

Tu amor vale más que la vida, te alabarán mis labios; te bendeciré mientras vida, te invocaré alzando mis manos. Me saciaré como en espléndido banquete, y mi boca te alabará con júbilo en los labios.

En mi lecho me acuerdo de ti, en ti medito en las vigilias, porque tú has sido mi ayuda, y a la sombra de tus alas grito de júbilo. Estoy unido a ti, tu diestra me sostiene.

Ellos, los que andan buscando mi muerte, bajarán a las profundidades de la tierra, serán entregados a la espada, servirán de presa a los chacales.

Pero el rey se alegrará en Dios, se gloriarán los que juran por él, cuando haga callar a los mentirosos”.