8 de junio de 632. Medina. Arabia.

Hace más de mil doscientos años, tal día como hoy, dejaba de existir en la ciudad árabe de Medina, Mahoma, el fundador del Islam, una de las religiones que más incidencia ha tenido en la historia de la humanidad. Mahoma, murió a la edad de 62 años, en el transcurso de una peregrinación. Tras de sí dejaba una intensa vida no sólo religiosa sino también política y social.

    Los orígenes del profeta Mahoma fueron muy humildes, dedicándose al pastoreo de los camellos. Todo cambió cuando tuvo oportunidad de casarse con una mujer rica, lo que le proporcionó una vida estable. Sin embargo, a la edad de 40 años comenzó sus experiencias religiosas, que culminarían con la revelación de Alá, el Dios único y todopoderoso que le enviaría a predicar.

    Mahoma fue fiel al mandato que decía haber recibido de Dios. Predicó incansablemente, organizó una sociedad igualitaria, mandó poner por escrito todas las enseñanzas en un libro sagrado, el Corán, que es fundamento y guía de los musulmanes.