En la parte más oculta de la selva vivía un pequeño cachorro de león que no prestaba atención a las lecciones de su padre, aunque le dijeran que eran importantes para la vida.
Mientras sus otros hermanos aprendían a cazar, pescar, defenderse contra otros animales, a sobrevivir y a orientarse en la jungla, el cachorro tomaba el sol, saltaba tras las ranas o se divertía con las tortugas. No le daba importancia a aprender.
Un día fue atacado por un tigre y se horrorizó al ver aquellos dientes feroces, sin saber reaccionar, porque no lo había aprendido. Entonces emitió un grito y tuvo suerte de que sus hermanos pudieran ayudarlo.
El cachorro decidió ir hacia su padre y pedirle clases particulares. Le prometió trabajar el doble para recuperar el tiempo perdido.
Progresó rápidamente. Unos años más tarde sucedió a su padre como rey de la selva. Se aseguró de que sus hijos no hicieran como él. Les enseñó que es fundamental aprender para ser capaces de valerse por sí mismos en la vida.
MICHEL DUFOUR