María, mujer atenta (2)

Ayer explicábamos lo que pasó en las bodas de Caná. Decíamos que María es una mujer que está atenta a lo que nos hace falta. Dicho así solamente, parece que no es muy importante, pero fijémonos bien: donde nosotros vivimos, tenemos de todo. Normalmente nos preocupamos por tener lo mejor: la mejor ropa, los mejores juguetes, la mejor mochila. En nuestros países ricos nos preocupamos por lo que tenemos y no por lo que nos hace falta. ¿Nada? A veces nos falta todo, porque nos falta solidaridad, amor, educación y respeto a los demás, y un poco más de buena voluntad. Y ni hablemos del esfuerzo diario por estudiar y formarnos mejor.

María se preocupa de lo que nos falta: ella se ocupa de poner en nuestro corazón un poco de alegría, solidaridad y ternura. Y como a veces nos falta lo principal, ella se preocupa de dárnoslo. Por eso nos da a Jesús, que es su mejor regalo.

Y es que María nos ama como nadie. Lo decimos en el Avemaría: “llena de gracia”, que quiere decir “llena de Dios”. Tan llena está que nos lo da a nosotros.