Los tres príncipes

Había un rey que era muy famoso por su sabiduría. Tenía tres hijos. Además, era muy rico; entre otras cosas, tenía un diamante que despertaba la envidia de todos los que lo conocían. Los tres hijos estaban preocupados pensando a quién el padre regalaría el diamante. ¿A quién se lo dará?

Un día los llamó a su presencia y les dijo: —Hijos míos, quiero ponerlos a prueba y el diamante será para aquel que la supere. La prueba consiste en esto: quien, dentro de tres días, haya realizado la acción más grande recibirá como premio lo que tanto deseen.

Pasaron los tres días y cada uno se dispuso a explicar su acción. —Yo, dijo el mayor, he matado a un dragón que tenía aterrorizado todo el territorio. El segundo explicó: —Yo con una sola daga he vencido a diez guerreros armados. El más pequeño se acercó al padre y le dijo: —Esta mañana salí y encontré a mi enemigo más grande durmiendo al borde de un precipicio... y lo dejé que siguiera durmiendo.

El padre, emocionado, se levantó del trono, abrazó a su hijo pequeño y le entregó el diamante.