Acabamos de regresar de las vacaciones de Navidad. Siempre nos parecen cortas, pero intensas. Hemos vivido unos días en familia y ahora, quizás, estamos disfrutando de los regalos recibidos. Siempre es bueno recordar.
Ha pasado la Navidad, que significa nacimiento. Jesús está entre nosotros, en cada persona a la que mostramos afecto y actuamos con amor. Recuerdo una frase, no sé de quién, que dice: "Navidad es cualquier día del año en el que el hombre se acerca a otro hombre, lo llama hermano y lo trata como a un hermano". Me parece bastante comprensible. No hace falta explicarla.
De la Navidad saltamos a la fiesta de Reyes. Hace poco. Seguro que lo que más recordamos son los regalos. En otros países celebran a Papá Noel, quizás algunos de nosotros también. Pero es importante recordar lo más importante: si Jesús no hubiera venido al mundo, no tendríamos ni Navidad ni Papá Noel, ni regalos, ni nada de todo eso. Por lo tanto, lo que importa es Jesús y aquellas personas que hicieron posible su venida al mundo y cuidaron de él, es decir, sus padres, María y José.
Jesús, María y José son el modelo de todas las familias. Nos enseñan a vivir con los nuestros. Su amor hizo presente a Dios entre nosotros. Debemos vivir amándonos. Eso es empezar bien el año.
Cuando decimos: "Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo", estamos diciendo: "Feliz nacimiento de Jesús en tu corazón y que este año que comienzas hagas el bien para ser feliz". Más o menos. Y Jesús nace en tu corazón cuando está limpio y te esfuerzas por ser feliz haciendo felices a los demás, empezando por tu familia.
Y cuando comprendes que el mejor regalo que nos da la Navidad es la venida de Jesús, estás en condiciones de comenzar un buen año. ¡Feliz Año Nuevo!