El Santo

La mejor obra que podemos llevar a cabo todos es la del amor. Para amar a Dios y los hombres no necesitamos ni ser más sabios, ni más guapos, ni más ricos. Necesitamos sólo poner manos a la obra. Es lo que hizo el Padre Manyanet. Quizás alguien de vosotros pueda llegar a ser un excelente médico, o un gerente de empresa extraordinario, o un gran maestro. No lo sabemos. Lo que sí sabemos es que si no damos importancia a la palabra de Jesús, no llegaremos a ser grandes personas. Un santo no es aquél que hace milagros, sino el que hace el bien. Está claro que hacer el bien cuesta, pero nosotros hemos nacido para hacer las cosas que cuestan. Las cosas fáciles las hace cualquiera. Nosotros no hemos venido a este mundo para ser cualquiera, sino santos. Y ésta es nuestra tarea que no podemos dejar para mañana.

Por cierto, el P. Manyanet ha sido proclamado Santo por el papa Juan Pablo II en Roma el día 16 de mayo de 2004. Esto significa que la Iglesia reconoce su vida como un modelo a seguir. Punto.

¿Cuál es el secreto?... pues... amar, orar y amar. ¿Parece fácil verdad?... ¿A qué esperamos?...