El arco iris

En el mundo, un buen día dejó de llover. Noé, entonces, abrió una ventana y miró hacia el horizonte. Ya se podían ver las cimas de las montañas y la punta de algunos árboles. Entonces Noé envió un cuervo pero no regresó.

Después de unos días, Noé envió una paloma. Y esta volvió con una ramita verde en el pico. Todos se alegraron, pues eso significaba que el agua ya estaba a punto de secarse.

—Ya podéis salir —dijo Dios a Noé—. Ya estáis fuera de peligro. Y no os preocupéis, porque nunca más habrá otro diluvio como este, os lo prometo. Mirad, he pintado en el cielo un arco iris como señal de que nunca olvidaré mi promesa.

Entonces, Noé y los suyos dejaron la barca, sintieron el olor de la tierra mojada y saltaron de alegría dando gracias a Dios.

[Título del libro: TU PRIMERA BIBLIA (ED. EDEBÉ)]