El barco

Había un hombre que no se quejaba de nada. Aburrido de vivir siempre en el mismo lugar, decidió irse a una isla. Preparó el viaje y tomó un barco. Después de horas de navegación, empezó a criticarlo todo: la comida no le gustaba, ¡y el barco? Este barco no vale nada, va muy despacio, no sé si llegaré alguna vez. Además, se mueve demasiado y no puedo ni moverme.

Se quejaba tanto que el capitán llamó a unos marineros y les dijo: "Cogedlo y echadlo al mar". Así lo hicieron. El hombre empezó a ahogarse, movía desesperadamente los brazos y los gritos se oían desde todas partes. El capitán ordenó: "Ahora recogedlo". Lo hicieron y el hombre, completamente mojado y temblando, quedó totalmente en silencio. ¿Cómo se explica este silencio?, preguntaron al capitán. Él respondió: "Este hombre, cuando estaba en el barco, todo le parecía que no valía nada, pero cuando se encontró en el agua, entonces descubrió lo que valía".