Maria, mujer atenta (1)

Dice el evangelio que en una ciudad llamada Caná, había una boda y los novios habían invitado a Jesús y a su madre. Todo estaba de fiesta y como siempre, lo importante era la comida. Habían hecho unos preparativos extraordinarios para que no faltase de nada: pan, pasteles, jamón, canapés... y vino. Pero había venido tanta gente que el vino se acabó antes del final. El encargado se lo dijo a los novios en voz baja, pero María, que estaba atenta a todo lo que pasaba, se dio cuenta del problema y se lo dijo a Jesús:
- Oye, Jesús, se les ha acabado el vino y los pobres no saben qué hacer.
Jesús se hizo un poco el remolón y no le dio importancia a la cosa, pero María le conocía bien y llamó a los camareros. Les dijo:
- Haced lo que Jesús os diga.
Ellos se acercaron a Jesús y éste les hizo preparar unas tinajas de agua que convirtió en vino del mejor. Y así pudo continuar la fiesta.
(Adaptación del evangelio de Juan 2, 1-10)