La canción de María

Ahora, continuaré mi historia, que dejamos ayer con la visita a mi prima Isabel. Ella, después de haberme dicho que yo era bendita entre las mujeres y todo eso, se calló. Pero yo no podía contenerme y me surgió del alma la vena de poeta y de artista que todos guardamos. Así que inventé la canción que os expliqué ayer. Por supuesto que la inventé en honor de Dios. Y dice así (ejem, ejem...):

"Mi alma canta: ¡qué grande es el Señor!. Mi corazón se alegra en Dios, que es mi salvador, porque se ha fijado en mí, que soy una pobre muchacha de pueblo, servidora suya, y ha hecho en mí grandes cosas. Por eso, todo el mundo me felicitará. El Señor es potente y su nombre es santo. Es bueno para todos los que aman, porque esa es la promesa que hizo a los hombres desde el principio”.

Bueno, quizás la letra no es así exactamente, pero como hace ya un tiempo de ello, no puedo asegurarlo. Ahora que el sentido es ese, sin ninguna duda.