Rezamos hoy la oración que el padre Duval misioneros entre los leprosos y pobres dejo escrita:

“Señor, mi amigo, tú me haz tomado de la mano. Yo marcharé contigo sin miedo. Hasta el fin del camino... Yo voy contigo. En el viento, en el frío. Yo voy y nada me interesa. Te llevo en mi corazón conmigo.  La danza, las sonrisas y los placeres están en todas partes. Y yo camino buscando tu rostro en todas las cosas. Caminaré alegre, cantando mis canciones. Sé que tu me esperas, en la puerta de tu hermosa casa.  Tú estás ahí, Señor, te veo perfectamente. Veo tu rostro y la mesa preparada para los dos”.

Amén