Celebramos hoy, la fiesta de la Virgen de los Dolores. Ya desde el principio de nuestro trabajo queremos ponernos bajo la mirada de la Virgen María para que ella, que confió plenamente en la Palabra de Dios y aceptó su voluntad en su vida, aunque ésta comportara sufrimientos y dolores, nos ayude a poner toda nuestra confianza en el Señor, a dejarnos transformar por su Palabra para que durante este nuevo curso experimentemos el amor de Dios y hagamos siempre el bien a todos aunque en ocasiones esto pueda hacernos sufrir o nos cueste sacrificio.
Jesús decía: “¿Qué ocurre con la mujer que tiene dolores en el parto? Pues ocurre que esa mujer, cuando ha dado a luz a su hijo, ya no se acuerda para nada de lo que ha sufrido; y aquellos dolores se convierten en gozo porque ha dado un hijo al mundo”. Ojalá que todos nuestros esfuerzos acaben en la alegría de saber que hemos hecho lo que teníamos que hacer.