Hoy más que nunca es necesario confesar el credo de la familia que ha acuñado la fe hecha vida de la Iglesia, para no estar sometidos cada día a los criterios que van imponiendo las modas de turno. Este credo será el motor de una vida que, apoyada en unos principios y valores que la sostienen y dan sentido, se abre a la comunión y entrega a los demás. La familia es la comunidad de vida y amor que nace la voluntad de Dios. Es la unión fiel de un hombre y una mujer que encuentra en el sacramento del matrimonio la fuerza y la luz necesaria para vivir la unidad. Es una relación abierta a la vida, acogedora y primera educadora de los hijos que responsablemente son queridos y deseados. Es el primer ámbito donde todos son queridos y amados por lo que son, no por lo que tienen o hacen. Es la imagen más perfecta del Dios Trinidad, iglesia doméstica fortalecida por la presencia en medio de ella de Jesús “camino, verdad y vida” Creo en la familia, célula primera y más importante de la sociedad.
Santa María: Ruega por nosotros.