—¿Cuánto pesa un copo de nieve? —preguntó un pájaro, o un mirlo del bosque. —Nada, ni un gramo —respondió la paloma. —¡Qué cosa más extraña! —dijo el pájaro—; porque el otro día me pasó algo muy curioso. Me posé en la rama de un abeto, muy cerca del tronco, y empezó a nevar suavemente. Como no tenía nada que hacer, me entretuve contando los copos de nieve que caían. Uno, dos, tres..., así hasta 5.637.000. Cuando llegué a esta cifra, cayó un copo más sobre la rama y entonces la rama se rompió. Y eso que un copo no pesa nada, como tú dices.
Dicho esto, el pajarito se fue volando, perdiéndose entre el ramaje de los árboles del bosque. El mirlo se quedó pensativo y al cabo de unos minutos dijo en voz alta, para que todos en el bosque lo oyeran:
—Quizás solo se necesite la colaboración de una persona para que la solidaridad crezca más en el mundo.
KURT KAUTER