El pan bueno

Ayer hablamos del pan que era cobarde y cómodo. Hoy hablaremos del pan bueno. Lo haremos como un cuento. Escuchad:

"Había una vez un pan tierno, crujiente, de aspecto apetitoso. Un pan generoso y sacrificado. Un día se encontró rodeado de niños que tenían mucha hambre. Pero no se escondió, se dejó coger.

Cuando sintió el cuchillo que lo cortaba, no dijo nada, se dejó sacrificar.

El pan, todo en rebanadas, sentía como si muriera, pero al encontrarse en las manos de los niños se sintió alegre...

De repente, el pan se dio cuenta de que no había muerto. Se había convertido en parte de aquellos niños que lo habían comido".