Hemos llegado al mes de febrero. En este mes suele hacer viento y los cambios meteorológicos son frecuentes. Hace frío, pero algún día el sol sale con fuerza y llena de luz el ambiente, parece anunciar una primavera que aún no llega.
A febrero se le suele llamar 'el loco'. Llueve, hace sol... Hoy el viento silba por las rendijas de las ventanas. Ataca con furia y lo arrasa todo. También los papeles del patio, ¡parece que no hay manera de evitarlos! El cielo está azul y limpio.
En la clase también es febrero. Ya llevamos unos meses de curso y empezamos a sentirnos, solo un poco, cansados. Pero no debemos bajar la guardia, no nos debemos dejar arrastrar por el viento de la rutina y la monotonía. El buen alumno está siempre alerta. El buen hijo sigue obedeciendo. El buen hermano sigue la tarea diaria de dar alegría a los suyos y a los demás, porque los ama y trata de hacerlos felices.
Estamos en febrero y todos llevamos en el alma un trozo de viento o un aire suave y tierno. Llevamos un gran corazón. Y en el corazón, un Dios que nos ama y nos espera cada día. ¡No nos podemos dormir!