Tac, tac, tac", cantaba el martillo.
Noé estaba construyendo una gran barca. Tan grande que pudiera albergar a toda su familia y a un buen número de animales cuando comenzara el diluvio.
Dios estaba triste con el mundo. Las cosas no iban bien. La gente era mala e injusta, excepto Noé. Noé era justo, bueno y amigo de Dios.
— "Debo poner fin a toda esta maldad", pensaba Dios, "porque el mundo que he creado se está destruyendo".
Dios le había pedido a Noé que construyera una barca para que pudiera salvarse del agua del diluvio, porque Noé era bueno y hacía lo que Dios le pedía.
Cuando Noé terminó de construir la barca, entró en ella con toda su familia y los animales y, después de unos días, comenzó a llover intensamente.
Agua y más agua, hasta que todo el mundo quedó inundado. Y desaparecieron todos los hombres de la tierra. Solo quedó Noé y su familia.
[Título del libro: TU PRIMERA BIBLIA (ED. EDEBÉ)]