Lánzate, cada instante es único
no se repetirá,
siento que el corazón ya no para de latir
y dice que me lance,
que no piense en todo lo que vendrá,
que un lápiz nunca dibuja sin una Mano.
Me quedo parado frente a la cantidad de miedos que bloquean el paisaje del nuevo curso. Y me digo... ¿y qué? ¿Y qué si no puedo llegar a todo? ¿Y qué si no soy perfecto? Lo importante es la ocasión, que me tire, que no piense en lo que vendrá sino en el siguiente paso, y sobre todo que confíe en que hay una Mano capaz de hacer filigranas inimaginables con mi lápiz. Aquí estoy, Dios mío, en tus manos para escribir un bello y nuevo poema.